Gabriel Ruiz
La industria de los videojuegos ha crecido bastante, hasta el punto de que hoy en día, muchos títulos se han convertido en deportes electrónicos como League of Legends, Smash Bros, Call of Duty, Overwatch, FIFA, entre otros.
La competitividad y el rendimiento exigido a cada jugador, tanto psicológico como mecánico, es lo que «evoluciona» la perspectiva, de ser sólo un pasa tiempo, a una profesión muy bien remunerada, pues jugadores profesionales ganan millones de dólares por contratos de un año dentro de una organización.
Para nosotros los «gamers», esto significa una gran oportunidad de dedicarnos a lo que nos apasiona sin seguir siendo vistos como ociosos sin futuro; pues es la etiqueta que recibimos de parte de la sociedad que desconoce este mundo.
¿Pero si les digo que un «pro player» gana más que algunos médicos, abogados y profesores (por mencionar algunos ejemplos sin desprestigiar a nadie), seguirán pensando que es una pérdida de tiempo?
Algunas universidades en Estados Unidos, China y Corea, han añadido la carrera de «eSports», para forjar profesionales desde el ámbito universitario.
Marcas de presencia internacional como Mercedes Benz, BOSE, Red Bull, Nike, Puma, BMW y más, se han metido a patrocinar deportes electrónicos porque año tras año, los números de los eSports aumentan significativamente.
Por poner un ejemplo, el sitio web SportsPro 50 MM, que se encarga de englobar las 50 propiedades más comercializables del mundo, ha seleccionado a League of Legends en el doceavo puesto, arriba de deportes como la F1, UFC y WWE.
La presencia de los eSports seguirá aumentando y evolucionando junto con la tecnología. Incluso en las olimpiadas que se hubieran llevado a cabo este 2020 en Japón, estaba destinado un espacio para los deportes electrónicos.
Esto es igual que otro deporte, acompañado de fuerte entrenamiento, dedicación, inversiones millonarias y sobre todo, pasión.
Quizá en un futuro no muy lejano, los eSports pasen a la siguiente etapa: la realidad aumentada…